La transformación es la novedad y la novedad, un desafío permanente

Existe una batalla permanente entre la lógica comercial y la creación artística a través de los tiempos. Tensión que resulta fuente de inspiración para buena parte de los emprendimientos culturales que hoy se llevan adelante, atravesados por el mito de que ya no hay nada novedoso. El siguiente artículo propone una reflexión sobre la autogestión, el rol de los medios y las redes sociales en la difusión de la escena cultural y la transformación de espacios en focos de arte y cultura. La experiencia de Folk hasta que se ponga el sol como caso.

por Hermano Sol*

Hace un tiempo hablaba con un amigo sobre la escena musical en Argentina y en Barcelona, dado que él había estado algún tiempo por allí, tocando. Para mi sorpresa, me dijo que la calidad de los artistas y el nivel que tienen los músicos en Argentina sobresale, y que el grado de autogestión que tienen los emprendedores musicales en nuestro país hace que necesitemos realizar nuestros proyectos desplegando los recursos y medios que tenemos a mano. De ese empuje surgen resultados sumamente interesantes.

La necesidad de realizar nuestras ideas sin importar el presupuesto del que dispongamos nos hace buscarle la vuelta a la realidad. En otros países, el presupuesto público y privado que se destina a las artes y a los emprendedores culturales es fluido y generoso, pero al parecer esta posibilidad hace que haya menos necesidad de ayudarse entre emprendedores.

Desde nuestra ubicación al sur del mundo, en la periferia de los grandes movimientos culturales que tienen que ver con la geopolítica, Argentina -y especialmente Buenos Aires- atrae a numerosos europeos y americanos (del norte y del sur de nuestro continente) para quedarse a vivir. Uno se pregunta por los factores que les resultan atractivos en medio de todo este universo con tintes anárquicos que componemos los argentinos.

Autogestión, grandes medios y redes sociales

La autogestión nos define mucho. Hay proyectos autogestionados que recorren un camino en subida desde el underground y logran llamar la atención de grandes públicos hasta que se ven reflejados en los medios masivos de comunicación y, en ocasiones, transforman la realidad. En otros casos, formarán motu proprio parte inalienable del circuito under, o bien porque no reflejan lo que los medios suponen que la sociedad está necesitando. Existen algunos matices e hibridajes.

Indudablemente los medios de comunicación contribuyen notablemente en la difusión de los movimientos artísticos y generan tendencias que se replican en la sociedad, en ocasiones generando modas. La industria cultural segmenta las audiencias y ofrece productos de consumo para públicos numerosos o para nichos más pequeños. Los grandes medios representan una porción de la realidad, esa es la conclusión más importante, y lo bueno es que hay mucho más que por fuera de su circuito de contenidos.

Quizás lo más interesante, lo menos políticamente correcto, lo contestatario, lo novedoso, no es lo que nos muestran esos medios. Si bien las redes sociales contribuyen enormemente con los contenidos generados en las grandes cadenas de información y entretenimiento, es mucho más fácil para estas últimas servirse de las opiniones e imágenes que son más vistas por los usuarios de aquellas para luego generar una agenda y amplificar su temario.

Dicho esto, lo nuevo no necesariamente pasa por los grandes medios o los usuarios influyentes en las redes, sino que forma parte de un círculo todavía más pequeño y en ocasiones nunca llega a contagiarse a un público más amplio.

Desafíos de la invención

Hay una idea muy enraizada y transmitida desde los circuitos más amplios y la industria dominante, concretamente en el campo musical, de que no hay nada nuevo bajo el sol en materia artística. Aunque muchas veces el mensaje publicitario se encarga de disfrazar lo viejo de novedad, quizás sea cierto que no haya géneros nuevos y que todo nos resulte un reciclaje de algo que ya está trillado. Sin embargo, lo que sí puede ser novedoso es la combinación de elementos como para que se produzca una aproximación desde un ángulo que antes no teníamos claro. El desafío es cómo escapar del revival permanente.

La invención no viene de la nada, viene de todo lo observado previamente. La inspiración es el resultado de la búsqueda y de la curiosidad, del trabajo de mucho tiempo de lectura de la realidad y sus distintos fenómenos, del estudio de las experiencias previas y sus resultados. Me gusta mucho la frase de Pablo Picasso: “cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando”. La transformación es la novedad, y la novedad es un desafío permanente. En nuestro under se produce la conjunción de las nuevas miradas sobre distintas realidades. Históricamente ha sido así. El circuito alternativo del arte es vanguardia cuando tiene ese elemento extra de no poder guardar su lugar dentro de etiquetas establecidas.

Cambio de paradigmas

Actualmente, siento que una característica de nuestro tiempo es la tensión entre la fusión y el tradicionalismo. Lo veo en el enfoque que muchos artistas y espacios le dan a su actividad. Hay un resurgimiento del folk en la música porque hay una necesidad de conectarse con la naturaleza ancestral frente a los avances tecnológicos de los que la misma música como arte a su vez se nutrió. Igualmente esto no es la novedad, esto ya pasó hace más de cincuenta años. Lo que sí es nuevo es el enfoque.

En los años sesenta, el concepto de folk se renovó con una lectura joven de los cambios sociales y políticos que ocurrían y fue el despertar de la conciencia ambiental, la liberación sexual, el protagonismo de las mujeres y el pacifismo frente a la destrucción masiva. El folk y parte del rock se nutrían de lo mismo y eran la música de la juventud.

Hoy es difícil hablar de una única música que en términos generales identifique a la juventud; hasta el concepto de juventud sufrió cambios. Hay un mayor acercamiento entre generaciones que hace sesenta años era impensable. Los temas siguen siendo los mismos, se profundiza en ellos aunque los sueños comunitarios son menos fuertes que los individuales y el contenido, salvo excepciones, es más autorreferencial.

Buenos Aires como foco y sede de emprendimientos culturales es sede de un florecimiento artístico que parece imparable. Los artistas se reúnen, se sirven de los espacios privados y públicos para inundar la ciudad y el conurbano con su necesidad de expresarse y comunicar, al margen del presupuesto y de las barreras burocráticas. En mi experiencia personal de llevar a cabo un festival al aire libre, muy inspirado en el Newport Folk Festival, la nación Woodstock y el BA Rock documentado en la película Hasta que se ponga el sol, reafirmo lo que antes decía.

Generar nuevos espacios

Me largué hace dos años a realizar Folk hasta que se ponga el sol en la costanera de Martínez, en un parque que sólo figura en catastro como Águila Grande y que algunos místicos de la zona llaman Fuera del tiempo.

Maravilloso oasis urbano lleno de árboles y horizonte, un retiro fuera de la capital pero lo suficientemente a mano del transporte público, lo rebauticé como Parque Águila Grande Fuera del Tiempo, encarnando reminiscencias nativas y místicas a la vez, con la intención de esquivarle al tercer nombre con el que otros tantos lo conocen: el descampado. Tal vez, porque creo que le queda chico ese tercer nombre débil, desprotegido, desolado y falto de toda la vida que tiene la combinación de los otros dos.

Desde la primera edición hubo músicos que celebraron la propuesta de generar otro espacio para disfrutar de la música folk de todo el planeta en un marco único donde no hay cemento ni polución lumínica a la noche. Un entorno propicio para mostrar sus composiciones, versiones o interpretaciones y compartir una tarde con colegas y público, escuchándose unos a otros.

El lugar planteaba ciertos desafíos que le dan un encanto natural adicional y de alguna manera ayudan a preservarlo, como la ausencia de electricidad. Se cuida mantener la armonía del espacio, ya que hay especies de aves autóctonas y el predio mismo forma parte de un corredor verde y entorno natural aún no reconocido que abarca toda la ribera, desde Tigre hasta la Reserva Ecológica en Capital y, por extensión, se proyecta hacia el sur argentino. Por todo ello se utilizan equipos ecológicos no invasivos y porque, además, otras personas van a la ribera a meditar, escuchar el canto de las aves, dormitar o disfrutar de un lugar sin polución sonora.

Desde que se creó la página en Facebook, no paramos de recibir mensajes de artistas que quieren participar y gente que ofrece su apoyo y colaboración. Viendo todo lo que iba aconteciendo otros emprendedores nos ofrecieron participar en otros festivales.** Y la realidad es que no paramos de recibir propuestas y esto es la prueba de que con continuidad y trabajo constante se puede realizar aún más; quizás, contagie a otros a emprender proyectos, todos con características similares y diferentes, con mayor o menor presupuesto, con fortalezas y debilidades que irán revisando y con las ganas de reafirmar que cada generación tiene un aporte que realizar a la cultura y sociedad de su tiempo con un enfoque que nunca será exactamente el mismo.


*Músico, periodista y creador de Folk hasta que se ponga el sol
**Como lo fue en las jornadas promovidas bajo la consigna #Juntossomosunbosque, integrada por una cantidad de organizaciones civiles, ambientales y artísticas como Playing for Change. Además hicimos otra edición con un grupo de diseñadores industriales que trajeron tarimas desmontables, elaboradas con materiales reciclables para promover su trabajo. Ambos casos fueron sinergias muy interesantes y que buscamos repetir. Un grupo de jóvenes científicos y artistas que promueven la utilización de energías renovables bajo el nombre de Sintesun se mostró interesado en realizar una edición conjunta incluyendo una charla sobre energía solar y brindándonos la posibilidad de realizar una edición con paneles solares y abastecer así una consola y equipos para bandas y solistas.
Desde el sector público nos invitaron a formar parte de festivales artísticos de San Isidro como Puertas del Bajo y ahora Puertas Adentro, además de realizar ediciones especiales en el Honorable Concejo Deliberante de San Isidro.
También realizamos ciclos semanales y ediciones temáticas sobre folk en distintos espacios cubiertos de Capital y Zona Norte. Asimismo, el verano pasado hicimos la primera edición patagónica. en Colonia Suiza, Bariloche, gracias a la colaboración de amigos como Carlos Fernández, Federico Formoso, John Belcher y otros artistas sureños que participaron en las ediciones de Buenos Aires. Nos recibieron con una calidez única y tocaron músicos de varias provincias.

 

 

 

 

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